domingo, 6 de julio de 2014

LA RIQUEZA DE JUGAR EN COMPAÑIA


El juego que más enriquece a los niños es aquél que le permite construir alguna cosa con otro niño. Pero mientras que en el primer año de vida el juego es anárquico,  a finales del primer año, si se juega en compañía de otro el niño mejora la concentración, se da cuenta de la existencia del otro y le permite su mente intercambiar ideas y negociar lo que quiere hacer y de que manera hacerlo.

 El juego se acaba más rápido cuando el niño juega solo,  porque es muy difícil mantener la concentración por sí mismo, es difícil mantener el  objetivo  que el niño se ha marcado solo. Por lo tanto, es fácil abandonar la actividad en solitario, es lo que solemos decir: "¡ya se ha cansado!".


La imaginación en compañía da paso al diálogo y a la interiorización de  su pensamiento, el niño se esfuerza por comunicar su idea y se esfuerza más por elaborar su juego.


(Laia y Carla, son gemelas, juntas son capaces de crear un ambiente doméstico con una riqueza increible, digna de observar, y mantendrán el juego vivo con precisión, durante mucho más tiempo que si lo hicieran solas. El juego crea vínculo afectivo, son hermanas y amigas).
 
En el aula, me gusta juntar dos  niños que están en diferente  momento de maduración  para que desarrollen su juego y puedan crear actitudes, y entre ellos crear lazos maravillosos de compañeros. Les sugiero, les proporciono el material que me piden,  pero no intervengo. Si les robo la iniciativa, el juego se vuelve simple, aburrido. Yo me quedo cerca observando, dándoles seguridad. 

 (Núria elije jugar con Pau, ellos crean una negociación, no solo de juego, también de pensamiento).


      (Combinan fantasía, pensamiento y lenguaje ¡al menos lo intentan!).

Solo observando sabremos de los progresos que van haciendo los dos niños juntos y nos damos cuenta de que los  niños  sobrevalorados en el aula son un puntal fuerte para otros, pero para ellos mismos también es un beneficio, porque consolidan ideas y las negocian, entonces te das cuenta que todos salen ganando. 

Recordad, que vuestros hijos también necesitan momentos de soledad, pero pueden vivir experiencias ricas de pensamiento y de juego; en el parque, en la ludoteca, en la plaza o  en la sala del centro comercial jugando con otros niños más pequeños o más grandes, pero lo más interesante ¡es que sean al menos dos!. ¡¡Eso es pasar una tarde divertida!!