Muchas veces los padres, cuando los hijos son pequeños se
preguntan por qué un hijo tiene más atracción por un padre más que con otro. Parece que no hay explicación, o simplemente
lo excusamos diciendo que es “química”, pero esa “química” después se pierde
cuando se hacen más mayores, y no se sabe cómo ha sido, una pena ¿verdad?.
En el aula pasa igual. Algunas señoritas
en la escuela tienen una atracción enorme para unos niños o para todos y son muy populares entre los padres y otras
señoritas solo la tienen para una minoría
muy pequeña, también una pena.
El secreto lo tenéis todos vosotros. Cuando uno de los padres o una
señorita ejerce una atracción especial para sus
niños, el secreto he de deciros que está
en los gestos, en la imitación de la emoción, y se refleja en el gesto del niño. El adulto sin premeditarlo
realiza los mismos gestos que él, cuando interaccionan y va creando así una atracción para el niño irresistible, parecido a
la del caramelo.
(Esta soy yo con mi sobrino Roger , desde muy pequeño, yo imitaba sus emociones)
Hago lo siguiente:
Cuando el niño me mira y me explica algo sonriendo, sonrío con la misma intensidad que lo hace él, y cuando frunce la nariz levantando las cejas hablándome entusiasmado explicándome algo, le escucho, y también hago su gesto. Si se ilusiona con algo y se echa las manos a la cara, yo también lo hago y comparto su sonrisa. Si llora no hace falta que llore, pero debo sentir la pena y demostrarlo como si me hubiera ocurrido a mi, después consuelo.
El secreto radica en que así se ve así mismo, se gusta, le gustas y sin sospecharlo le atrae tu persona , se ve reflejado como en un espejo .
Es una acción muy simple que casi siempre sale innata, pero muchas veces se pierde cuando los niños crecen porque es una arma de comunicación que ya no se necesita ¡ pero habra otras!.
(Mi relación con Roger sigue siendo maravillosa.La imitación de gestos a sus emociones todavía la utilizo, y él sin saberlo, también la utiliza conmigo)
Recordad, que podéis utilizar este recurso para potenciar situaciones de comunicación con vuestros niños. Haced servir los gestos faciales de los niños en sus interacciones y os quedaréis sorprendidos de la proximidad que le podéis transmitir, porque aquello que le ocurre o piensa no nos resulta indiferente.