EL LIBEMOR.
Hace ya algunos meses leí un cuento sobre el amor que las madres prodigan a sus hijos, sobre el LIBEMOR, el amor más sincero, la capa mágica que cada madre teje a sus hijos, la cual le confiere un gran poder: EL PODER DE AMAR, un amor que todos necesitamos para sentirnos seguros en edad adulta, estoy segura que os encantará tanto como a mi.
Hace ya algunos meses leí un cuento sobre el amor que las madres prodigan a sus hijos, sobre el LIBEMOR, el amor más sincero, la capa mágica que cada madre teje a sus hijos, la cual le confiere un gran poder: EL PODER DE AMAR, un amor que todos necesitamos para sentirnos seguros en edad adulta, estoy segura que os encantará tanto como a mi.
“La LIBEMOR es la capa mágica que cada madre
teje a sus hijos. Dios le dio a cada madre unas agujas de “Alfaga” que son
mágicas con las que se teje la libemor de sus hijos. Ellas les confieren en
enorme poder: el poder de amar. Cada madre que acaricia a su hijo, le habla, lo
atiende, lo alimenta, o juega con él, hace que vuelen sus agujas “alfaga” y da
unas puntadas; si el empeño no ceja o la
tarea no se interrumpe, a los dos años la libemor cumbre por completo al niño.
Como la capa es invisible nadie se explica por qué el niño de repente se siente
tan confiado, tan seguro de si mismo, ni por qué de buenas a primeras ya no le
importa separarse de su madre. Obviamente esta seguridad es el enorme poder de
su libemor, es lo que les permite actuar de esta manera… Aunque no siempre es
así…
“Para
tejer la libemor de sus hijos las madres tienen que amarlos y atenderlos con
amor y ternura. La tarea no debe interrumpirse hasta que la capa esté
terminada. Para que la libemor te cubra toda la vida, debe tener cierto número
de puntadas, no deben darse puntadas grandes o chicas… Cuando se atiende al
niño sólo por que sobreviva, sin alegría, sin esperanzas, “las Alfaga” darán
muy pocas puntadas y la capa quedará muy cortita, el niño no se sentirá
protegido, no tendrá confianza en si mismo. Y si su madre lo sobreprotege
porque le tiene miedo a la soledad o
porque ella misma necesita amor, entonces las agujas “alfaga” darán muchas
puntadas y la libemor quedará demasiado grande y se le enredará entre las
piernas al niño y entonces no podrá caminar solo”.
Y ¿qué pasaría si al niño no se le teje la
libemor?
“Esos niños corren el riesgo de morir, no
cuentan con la energía vital que les dará la fuerza de sobrevivir”.
¿A qué edad se debe tejer la “libemor”?
“Es deseable que se teja durante los dos
primeros años de vida del niño, ya que a esa edad es más receptivo, sin
embargo, nunca es demasiado tarde. Si una madre se da cuenta que la “libemor “
de su hijo es pequeña entonces puede recomenzar a tejerla y si es demasiado
grande también puede destejer hasta hacerla a la medida. Con amor todos los
errores se pueden reparar. No hay madre que quiera dañar a sus hijos. Cada día
da lo mejor que tiene y si tuviera más también lo daría. Existen madres que no
saben amar a sus hijos y esto es tal vez porque a ellas tampoco las amaron.
Estas madres tendrían primero que aprender a amarse a ellas mismas y tejerse su
“libemor”. Cuando ellas se acepten, se quieran y se respeten, entonces tendrán
la energía vital para tejer libemor de sus hijos”.
Quiero dar las gracias por este cuento tan bonito al psicólogo LUÍS GADEA DE NICOLÁS, que forma parte del libro "La vida Afectiva", edt.CEDI. México.D.F.
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