Te digo "no", porque te quiero, tendría que ser el pensamiento que deberíais tener cada vez que os sabe mal decir "no" a vuestro hijo. En la escuela, decimos "no", como vosotros pero multiplicado por 18 o 20 niños ¡y nos queremos y reímos igual!.
Dar seguridad afectiva, en el aula, les ayuda a entender que es imprescindible que deje de hacer algo, y por eso le dices "no", pero no le podemos aliviar esa frustación que le ayudará a crecer. Solo podemos sonreírle e intentar tomar contacto con él (a veces el enfado del niño no nos lo permite) cogerle la mano o una caricia en la cara y poner palabras a la situación; expresar sus necesidades que son incompatibles con lo que deseaba hacer.
Para los padres es más difícil poner límites a una acción que nos os gusta que no es correcta, da la sensación de crear una mala relación ¿verdad? pero si vuestra actitud es estable y coherente no debéis tener miedo a decir "no".
Un objetivo importante en la escuela es el de hacer personas, sanas, autónomas, solidárias y responsables de sus actos, responsables, porque toda acción en la vida tiene una repercusión, y aunque sean pequeños en su medida, también la tiene.
El pensamiento que debéis tomar es el siguiente:
Él no sabe lo que le conviene, es un niño.
Le estáis enseñando las normas de una convivencia.
Todo tiene una consecuencia, y la decisión que iba a tomar no hubiera resultado buena.
Le puedes acompañar en su frustación pero no aliviarle.
No se puede hacer daño, ni perjudicar a los demás.
Los padres sois modelos de valores y justicia, y tal como os vean irán aprendiendo a actuar.
Confiad en vosotros, en vuestra visión de las cosas, no dejéis que un niño os diga cómo debéis actuar ¡él es tan solo un aprendíz, un pricipiante!
Confiad en vosotros, en vuestra visión de las cosas, no dejéis que un niño os diga cómo debéis actuar ¡él es tan solo un aprendíz, un pricipiante!
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