lunes, 7 de abril de 2014

LA MADRE PERFECTA.

Este articulo es para  las madres que piensan que no son perfectas, pero que les gustaría serlo...

Una madre perfecta sabe que no hay madres perfectas ni de lejos. Una madre perfecta descubre que no hay edad, hora momento concreto para empezar a educar, se da cuenta que se hace desde el principio. Una madre perfecta sabe que no hay hijos perfectos y que todos tienen un poco de todo. Una madre perfecta sabe que poner límites y hacer que la respeten es un acto de amor. Una madre perfecta aprende a confiar en sus posibilidades para educar y en las capacidades de su hijo para aprender. Una madre perfecta aprende a aceptar sus limitaciones y sus errores y aprende de su experiencia. Una madre perfecta sabe que la teoria es muy bonita y fácil de entender pero que la realidad es otra cosa bien diferente. Una madre perfecta asume la educación de su hijo como un reto, no como como un problema. Una madre perfecta sufre estrés, dudas, frustación y hasta angustia. Una madre perfecta sabe diferenciar sus necesidades de las de su hijo. Una madre perfecta sabe que no puede mantener contento a todo el mundo; pareja, abuela, hermanos, etc. Una madre perfecta aprende a encontrar un espacio para sí misma, sale al cine, escucha música, roba tiempo para los amigos,  trata de escuchar de sí misma lo que le apetece hacer e intenta no sentirse culpable de todo eso. Una madre perfecta intenta relacionarse con ella y su hijo con sentido del humor. Una madre perfecta enseña a su hijo a volar y le deja volar sonriendo. Una madre perfecta da a su hijo las herramientas para que sea una persona adulta sana  libre con ganas de de vivir. Una madre perfecta no esconde su tristeza,  su cansancio, decepción o enfado, pero tampoco hace un drama de ello. Una madre perfecta sabe que comparte las angustia con las otras madres del mundo, para todas es igual. Una madre perfecta no espera que nadie le diga lo que tiene que hacer, pero a veces busca consejos y los acepta. Una madre perfecta sabe que ha de encontrar tiempo para reflexionar y compartir dudas y preguntas con otras personas adultas. Una madre perfecta sabe que la autoridad se pierde fácilmente y que cuesta recuperarla. Una madre perfecta acepta que no es perfecta, pero tampoco pretende serlo. Una madre perfecta sabe que hay cosas que no las puede delegar a nadie. Una madre perfecta sabe que no hay maestras perfectas, también sabe que si de verdad quiere ayudar a su hijo, la maestra puede ser una buena aliada. Una madre perfecta sabe ser contundente, flexible y tierna a la vez. Una madre perfecta sabe decir "no lo sé" como respuesta sin que le de verguenza. Una madre perfecta sabe que la educación es una combinación de paciencia, exigencia, y ternura a la vez. Una madre perfecta sabe que tiene sus motivos cuando pide alguna cosa a su hijo, pero sabe que su hijo también tiene los suyos cuando este le pide algo. Una madre perfecta lee estas ideas con sentido crítico, y las adapta a su experiencia, sensibilidad e inteligencia.


Gracias a Vladimir Reinhartdt, coordinador de la escuela de Padres de la FaPac, por este fabuloso articulo, que ha ayudado a tantas madres en mi aula.

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